lunes, 17 de enero de 2011

El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry

Tengo 26 años. Para algunas personas es poco. Para mí, a veces, es demasiado. Cuando yo era chica siempre pensé que a los 26 años iba a haberlo logrado todo. Un marido, una casa, un trabajo que me gustara de verdad, muchos viajes, un par de hijos. Como si la vida entera tuviera ese único objetivo. Crecer. Y resulta que tengo 26 años y estoy casi donde mismo. A veces me siento como si todavía tuviera 10. O 13. O 20.


Yo sé que todo el mundo ha opinado millones de veces sobre El Principito. Sé que está compuesto por un montón de clichés baratos y frases fáciles, como que sólo se ve bien con el corazón. Pero hoy necesito clichés. Me siento cansada y un poco triste. Aburrida.Desencantada. Necesito volver a creer que el mundo es un buen lugar. Necesito escuchar que lo que más embellece al desierto es el pozo que oculta en algún sitio - y que ojalá, de paso, me digan cuál es ese sitio.

La primera vez que leí El Principito debo haber tenido siete años. Nunca logré ver el elefante dentro de la serpiente, pero puedo decir a mi favor que tampoco vi el sombrero. Desde entonces, las rosas pasaron a tener un valor especial y los zorros a ser animales que hablan. Pero lo que más me gustó del cuento fue la dedicatoria. Todavía hoy, cuando pienso en los rumbos que toma mi vida, la vuelvo a leer. Siento que soy de las pocas personas grandes que recuerdan que antes fueron niños. Y eso me hace bien.


"A LEÓN WERTH

Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona grande. Tengo una seria excusa: esta persona grande es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona grande puede comprender todo; incluso los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona grande vive en Francia, donde tiene hambre y frío. Tiene verdadera necesidad de consuelo. Si todas estas excusas no fueran suficientes, quiero dedicar este libro al niño que esta persona grande fue en otro tiempo. Todas las personas grandes han sido niños antes. (Pero pocas lo recuerdan.) Corrijo, pues, mi dedicatoria:

A LEÓN WERTH
CUANDO ERA NIÑO"

(Antoine de Saint-Exúpery)

1 comentario:

  1. Querida Amiga, no te imaginas cuanto me gusta leerte, me siento absolutamente identificada...
    Siempre quedo con la sensación de TENER que salir corriendo del trabajo, agarrar un cuaderno y sentarme a escribir... y recordar la niña que fui antes...

    Beso
    Y.

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