viernes, 25 de febrero de 2011

Orgullo y prejuicio, de Jane Austen

Siempre he sido romántica. A pesar de que pasé gran parte de mi adolescencia (y quizá un poco más) soñando con convertirme en la versión mejorada de la mujer moderna a la que no le gustan los caballeros ni las rosas, al final ganó la ilusión más de una vez. Y eso que nunca había leído a Jane Austen. Estaba segura de que la iba a encontrar demasiado mamona, pasada de época, fome. Pero no podría haberme equivocado más.

Amé a Jane Austen. Sus descripciones de la sociedad inglesa son alucinantes, expresa las emociones tan detallada y simplemente que es imposible no conocer de verdad a los protagonistas de las historias y anhelar pertenecer a esa época donde el amor se sentía tan intenso y tan de lejos. En particular, me gustaron Elizabeth y Darcy, y la intrincada red de acontecimientos que los guían en su relación durante todo el libro. No se trata sólo de una historia de amor tonta y sin sentido. Se trata de peleas familiares, problemas cotidianos, reconciliaciones y afectos que no tienen nada que ver con el siglo en que se viva. Existen siempre.

Leer "Orgullo y prejucio" me hizo sentir profundamente. Me dio pena y risa, ganas de reencantarme con los bordados y las pinturas, de volver a crear, a escribir, de andar a caballo por el bosque, de mirar la lluvia por la ventana suspirando. Doy gracias a Austen por ese respiro de inocencia y paz que tanta falta me hacía.

2 comentarios:

  1. Hola Caro, te envíe un e-mail cariños Paula

    ResponderEliminar
  2. A mi me encantò este libro , por todo lo que describes mas arriba
    ¿ y como va todo en la nueva vida ?

    ResponderEliminar