martes, 7 de diciembre de 2010

Jane Eyre, de Charlotte Brontë

Debo haber tenido nueve años la primera vez que leí la historia de Jane Eyre. Creo que, hasta ahora, nunca he vuelto a encontrar algo tan trágico. Jane es una niña huérfana y maltratada por la vida que se termina convirtiendo en una institutriz enamorada de su jefe que tiene un pasado demasiado oscuro como para poder hacerla feliz. En una parte del libro tiene tanta hambre, que se come la comida de los animales. Así de trágico es. Pero me encanta. No lo puedo evitar.


Me acuerdo de haber pasado varios años de mi infancia obsesionada con este libro. De hecho, lo releí  muchas veces, la última hace poco, y siempre ha tenido ese mismo efecto. Me deja pensando, cuestionándome si será real. Si alguien puede sufrir tanto y no morir en el intento. Además, en lugar de convertirse en una mujer agria y desconfiada, Jane es dulce y resuelta. Representa lo mejor de la humanidad.

No creo que Charlotte Brontë, hace dos siglos, haya podido dimensionar el alcance que tendría Jane en mi vida. Es la historia que aún hoy, a mis 26 recién cumplidos, me hace creer que la lealtad, la tenacidad y el amor siempre terminan triunfando. Que hay algo más que defender que los propios intereses. Que al final, y aunque no lo parezca, todo esfuerzo tiene su recompensa.

1 comentario:

  1. Para mi mas que creer , es una convicciòn , que el amor tenaz pasa y esta por sobretoda las cosas, ahora , si hay recompensa , no lo sè
    yo aùn sigo esperando , como muchos ......

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