lunes, 20 de diciembre de 2010

Tokio Blues (Norwegian Wood), de Haruki Murakami

No había podido escribir, estaba ocupada leyendo mi segunda novela de Murakami. Debe ser uno de los libros más tristes con que me he encontrado en la vida.

Watanabe es un adolescente enamorado. Naoko la mujer de sus sueños. Midori su mejor amiga. La historia de Watanabe transcurre en la cotidianidad, entre sus clases de literatura y sus trabajos de medio tiempo. A diferencia de "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo", no me pareció que acá hubiera una transformación en el protagonista. Más bien, era el descubrimiento de sí mismo. El proceso natural de crecer a golpes.

Los personajes de Murakami, otra vez, me parecieron tan complejos y dotados de una tristeza tan profunda, de un desencanto tan intenso, que tuve que leer de a poco. A ratos. "Tokio Blues" no es un libro largo,  pero se me hizo eterno. Como si el dolor de Watanabe no fuera a terminar nunca. Cuando leí la última página hace unas dos horas, me dio la impresión de haber dejado una parte de mí en el mundo de Murakami. Y es una impresión que no se me quita.

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