Hace un par de años tuve un gato que se llamó Conde. Originalmente se iba a llamar Edmundo, pero justo se puso de moda Edmundo Varas y truncó todos mis planes. Es que cuando leí "El Conde de Montecristo", me enamoré. De verdad. Si alguna vez dudé acerca de mi sentido de justicia, este libro me esclareció. Y no se trata sólo, creo yo, de una apología de la venganza. Es la expresión clara y concreta de cómo actúa el karma.
De acuerdo a la ley del karma, básicamente, cada acción tiene una reacción. Y al final todo lo que hacemos se devuelve. Entonces: actuamos de manera correcta y honesta y nuestra vida será correcta y honesta. Seamos turbios y tránsfugos y eso mismo recibiremos. Sin linealidad de tiempo.
Entonces cuando al pobre Edmundo Dantés lo obligan a pagar por crímenes que no cometió, y de paso le quitan a su único amor, algo tiene que pasar para que el mundo tenga sentido y no se convierta en un montón de injusticias que no llevan a nada. No voy a escribir acá qué es eso que pasa, pero pasa. Mucho. Y el libro mantiene la misma vigencia desde el sigo XIX - y quizá sea cada vez más vigente en lugar de avejentarse como hacen las personas - porque se trata de una ley universal y atemporal. O por lo menos eso pienso.
¿Has leido a Murakami?, si es que no, te recomiendo "Cronica del pajaro-que -da- cuerda- al- mundo" , libro ultra-inquietante, ojala lo comentes
ResponderEliminarsaludos
Lo voy a buscar, ¡gracias!
ResponderEliminarASÍ QUE ABRISTE ESTE NUEVO ESPACIO CON COMENTARIOS DE LIBROS. TRATARÉ DE PASAR SEGUIDO.
ResponderEliminarTE AGRADECERÉ TUS PALABRAS EN TU BLOG ANTERIOR.
UN ABRAZO GRANDE.